Pablo Moya Delá

* 1955

  • “Yo con la idea… Me quedé con aquella idea, con aquel dolor, con aquella penuria, de que tenía que seguir enfrentando una lucha. Y esta lucha que estoy enfrentando es porque la libertad y los derechos políticos y económicos en el país lleguen en nombre de una ley fundamental, que nos permita el derecho y la garantía, no solamente a los cuentapropistas, sino a todos los cubanos. Porque he estado mirando cómo están los cubanos en este momento. Nuestro pueblo está en una situación dura y tenebrosa. Muy peligrosa. Pero muy muy muy peligrosa. Entonces en este caso, yo estoy dispuesto a luchar hasta la última consecuencia, hermano. No me queda nada más que perder. Porque todo me lo han quitado. La vida… Llegué a una edad donde verdaderamente necesitaba un retiro por todo lo que he hecho trabajando con el poder estatal, y aún no aparece nada de eso. Es decir que no queda nada. Así que lo único que me queda es seguir luchando hasta la muerte”.

  • “Ya por última lo que hice, fue que reuní a unos cincuenta, sesenta cuentapropistas de la zona San Luis, zona de aquí de Palma, de allí de la zona de los Ríos, y ahí es cuando viene el problema que hasta hoy está trayendo todo el peligro por donde estoy pasando. Yo me reúno, ya ellos, realmente, pues ya viene toda la gente del Gobierno, de la Seguridad del Gobierno, todo el cuerpo represivo. Porque yo estaba en manos represivamente. Entonces me dicen: ‘Ven acá, chico. El único que ha reunido esta cantidad de personas aquí en Palma Soriano, eres tú. Ven acá. ¿Quién tú eres, chico?’ Digo: No, yo no soy nada. [Soy] lo que representa una ley fundamental que nosotros tenemos, y es la que tenemos que cuidar. Me dicen [los agentes]: ‘No, yo soy la Constitución’. Digo: Bueno, si eres la Constitución, es ahí dónde está el problema. Porque no estamos bajo los derechos constitucionales, sino estamos bajo la condición humana. Y así no estamos bien, hermano. Entonces empezamos esta lucha. Hasta que fríamente me dijeron: ‘Bueno, te vamos a pasar un bulldog por el paladar, si tú sigues reuniéndote con los cuentapropistas. Y te vamos a declarar como uno de los líderes contrarrevolucionarios más reaccionarios de los que tiene el cuentapropismo’.”

  • “Viene el coronavirus y en esta situación, el Gobierno remete con toda la fuerza un operativo a nivel nacional, reprimiendo al pueblo de una manera tan criminal, que vaya… Quitándole a todas personas lo que llevaban en las manos. Si llevaban un pollo, se lo quitaban, los metían para el calabozo. Mil pesos de multa. Dos mil, tres mil pesos de multa. Sabes que esa crisis no viene desde el coronavirus. Esa crisis de la situación de hambre y de la miseria viene desde hace años. Cuando viene el coronavirus que meten este operativo, toda la cosa se junta y realmente crea ese conflicto de desesperación.”

  • “No, allá afuera [en el extranjero, cuando trabajaba en la marina cubana] no nos dejaban comprar carros, porque decían que eso era una desviación ideológica para el país. Incluso un día llegamos a Halifax, en Canadá. Y nos entusiasmamos tanto al ver aquellos carros tan lindos, nosotros no teníamos ninguno. Y parece que eso fue cuando cazaron a la gente de Alemania que traían motores. Entonces nosotros dijimos que, si ellos traen motores, nosotros vamos a coger un carro y lo vamos a montar. Por primera vez preparamos un carro. En eso le mandaron un mensaje, un cable, al capitán, que no se tenía que pasar ningún carro al barco. Y entonces hubo que tirar los carros al agua, botarlos, porque no lo permitían. Y eso que nos pasamos tanto trabajo para poder. Porque eso traía desviación ideológica.”

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    Cuba, 15.07.2020

    (audio)
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Ya no me queda nada más que perder. Lo único que me queda es seguir luchando en Cuba hasta la muerte

Pablo Moyá Delá nació el 7 de noviembre de 1955 en Mayarí Arriba, Cuba. Creció en Palma Soriano en la finca cafetalera llamada “La Región” que le había dejado su abuelo. Hasta los 15 años de edad ayudaba a su papá en esta finca hasta que en 1959, después del triunfo de la Revolución Cubana, se proclamó la Reforma Agraria de Cuba, por la cual le fue confiscada la finca a los abuelos de Pablo. En este momento Pablo se alistó a la convocatoria a la Columna Juvenil del Mar, organización de futuros pescadores fundada en 1970, y de allí lo llamaron a estudiar en Academia Naval. Entre los años 1971 y 1975 tomó un curso de cocina y a partir de este momento trabajó 25 años de cocinero en el barco de la marina cubana. En el año 1997, fue despedido de la marina, y en 1998 encontró el trabajo particular como cocinero por cuenta propia en Palma Soriano. Trabajar por cuenta propia le trajo muchos problemas legales, por lo tanto, empezó a reunir a otros trabajadores con condición similar y a preparar un documento con los requisitos y derechos solicitados para los cuentapropistas. En el año 2012 fue obligado a entregar su permiso de cuentapropista en Palma Soriano. Hoy en día vive en La Habana y sigue luchando por los derechos de los cuentapropistas cubanos.