Frank Calzón

* 1944

  • “Todo fue muy feliz por varias semanas [después del triunfo de la Revolución en 1959], todos oíamos a Fidel Castro hasta las dos, tres de la mañana, hasta que empezaron a suceder cosas imprevistas. El Gobierno revolucionario comenzó a fusilar primero a los batistianos, y después de un tiempo a antiguos enemigos de Batista, rebeldes, que habían luchado junto a Fidel, que estaban en desacuerdo con el gobierno.”

  • “El racionamiento de alimentos que comenzó como una medida de emergencia hace tres generaciones, continúa. La economía central, estilo militar, no funciona. No funcionaba en Alemania Oriental y en Alemania Occidental había prosperidad. En los cubanos en Cuba hay una gran miseria, en los cubanos en cualquier otra parte, muchos de esos cubanos son exitosos. El Gobierno de La Habana ha acabado con la industria azucarera, que fue el motor de progreso y desarrollo de Cuba por casi trescientos años. Las fábricas de azúcar quedan muy pocas, Cuba producía alrededor de cinco, seis, a veces más, millones de toneladas de azúcar anualmente. En el último año creo que produjeron menos de 2 millones de toneladas. En un momento Cuba tuvo que comprar azúcar en el exterior. Es lo mismo que ha sucedido en Venezuela con el petróleo, es lo mismo que sucedió en Ucrania que era un lugar donde se producía muchos cereales, mucha comida, y todo eso se destruyó bajo Stalin. No hay ningún país del mundo donde hayan tratado de imponer la economía comunista que no haya habido falta de alimentos, abusos, donde no haya mercado negro, donde personas vayan a la cárcel por tener la comida que no deben tener. En Cuba, los cubanos tienen racionado todo, incluyendo el pescado. En una isla que está rodeada de mar, donde hay todo tipo de pescado, el comer langosta en Cuba, se castiga como un crimen. Es decir, en Cuba lo que hace falta, más que las llamadas reformas de que hablan los procastristas es, que el Gobierno les diga a los cubanos: ‘¿Qué es lo que ustedes quieren? ¡Hagan lo que ustedes quieren!’ Si un campesino quiere cultivar, que cultive y venga. Si un cubano que produce naranjas, quiere producir jugo de naranja, enlatarlo, exportarlo, debería de poder hacerlo. Solo cuando el cubano tenga esa libertad económica, la miseria en la que viven millones y millones de cubanos, terminará en la isla.”

  • “Con el señor Kissinger no estuve de acuerdo en algunas de las cosas que decía. Obviamente, él [Henry Kissinger, a principios de los años 70 desempeñó el rol de Ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Richard Nixon, presidente de los EEUU] estaba buscando una manera de negociar, de conseguir un arreglo de alguna forma con La Habana. Yo le explicaba, que si quería saber lo creíble que iba a ser el Gobierno de La Habana con los Estados Unidos, debería comenzar por ver las promesas que había hecho Fidel al pueblo cubano y lo que había sucedido. La gestión del señor Kissinger en realidad no funcionó. Lo que sí, bajo su dirección los Estados Unidos decidieron ir a la OEA y decirle a la Organización de los Estados Americanos y decir que los países que hasta ese momento estaban obligados a no tener relaciones diplomáticas con La Habana, lo podían hacer desde ese momento en adelante. El único gobierno americano que había quedado con relaciones con La Habana hasta entonces, había sido el gobierno de México.”

  • “El comunismo no fue tan seductor para los cubanos como para otros intelectuales etc., porque un par de años después, cuando llegó ya el año 1961, 1962, ya los cubanos sabían que aquello no funcionaba. Por otro lado, la Revolución Cubana no se hizo para establecer el comunismo. Es decir, la seducción, si es que la hubo, no ocurrió bajo la dictadura de Batista. Bajo la dictadura de Batista, Fidel les decía a los cubanos y a todo el mundo que él no era comunista, que él no quería comunismo, que él quería la libertad en Cuba. Después que estuvo en el poder, después que controló las fuerzas armadas, la policía, fue cuando se alió públicamente con el Partido Comunista y con la Unión Soviética. Hay una seducción del comunismo sobre todo entre mucha gente que no lo han sufrido. Es muy difícil encontrar a cubanos hoy, dentro o fuera de la isla, que acepten las teorías comunistas. Todo el mundo sabe que eso no funciona.”

  • “Al caer el muro de Berlín, yo me di cuenta de que el gobierno comunista checoslovaco era el que representaba y le daba cobertura diplomática al gobierno de La Habana aquí en Washington, porque no había embajadas. Entonces el gobierno comunista checoslovaco representaba al gobierno castrista acá. Cuando la caída del muro de Berlín y cuando ese grupo famoso de artistas checos en un estadio hicieron un concierto diciéndole adiós a las tropas soviéticas que iban a regresar a la Unión Soviética cuando estaba pasando eso, a mí se me ocurrió que había que decirle lo agradecidos que estábamos, lo contentos que estábamos. El presidente [Václav] Havel ya estaba en el Castillo [de Praga], pero que además yo quería explicarle lo que pasaba en Cuba y recordarle que el gobierno de Raúl [sic] Castro había apoyado en Naciones Unidas y otros lugares la invasión rusa en la República Checa [en 1968]. Le mencioné algo al departamento del Estado y se molestaron mucho y me dijeron que yo no me debería de entrometer en cosas de ese tipo, que era diplomacia oficial, pero en Freedom House me dijeron que la diplomacia era demasiado importante para que se ocuparan de ella nada más los diplomáticos. Entonces un grupo de personalidades, incluyendo la embajadora Jeane J. Kirkpatrick, [embajadora de EEUU en Naciones Unidas y miembro del Consejo Nacional de Seguridad bajo el presidente Ronald Reagan], gran amiga mía, y el doctor Brzeziński [Zbigniew Kazimierz Brzeziński, politólogo polaco-americano] y otros, le escribieron a Havel. Entonces en esos días, yo logré poder ir a Praga y no conocía a nadie. Pero a través de Freedom House he conseguido una entrevista con el presidente Havel, la primera vez que lo vi. Después lo vi varias muchas otras veces. Cuando llegué a verlo, me dijo: ‘Yo sé para qué me vienes a ver. Es por la relación especial entre Cuba y Checoslovaquia.’ Y antes de que yo abriera la boca, me dijo: ‘Pero eso ya no existe. Porque el Gobierno checo ya no va a representar la dictadura comunista de los Castro, y estamos muy conscientes del papel que jugó Fidel Castro apoyando la invasión rusa en Checoslovaquia.’”

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    Miami, Florida, USA, 20.04.2018

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Hay una seducción del comunismo sobre todo entre mucha gente que no lo ha sufrido

Frank Calzon
Frank Calzon
zdroj: Post Bellum

Frank Calzón nació en 1944 en Cuba. Después de la victoria de la Revolución de Fidel castro, sus padres decidieron mandarle a Estados Unidos, donde tenían algunos parientes. Frank pasó un tiempo en Nueva York, donde trabajó en bares y restaurantes. Cuando su familia vino a Miami, empezó a estudiar de nuevo. Se graduó en algunas de las universidades estadounidenses más importantes, como por ejemplo la de Georgetown, en Washington DC. Durante sus estudios de Ciencias Políticas fue miembro activo de varias organizaciones estudiantiles que se dedicaban a denunciar los crímenes del régimen castrista y apoyaban a los presos políticos dentro de la isla. La presión de estas organizaciones contribuyó a la liberación de varios presos, entre ellos por ejemplo los poetas Heberto Padilla y Armando Valladares. Acabados los estudios universitarios, Frank empezó a trabajar en la Organización de los Estados Americanos, para luego ejercer el cargo del vicepresidente de la organización Freedom House, fundada por la esposa del presidente F. D. Roosevelt. Allí se dedicó al apoyo a los movimientos opositores en los países con gobiernos totalitarios de todo el mundo. Visitó también Checoslovaquia, donde tuvo la oportunidad de conocer al presidente Václav Havel, y empezó a cooperar con la organización humanitaria checa Hombre en Emergencia en los programas de apoyo a los disidentes cubanos. Denunció los crímenes de los regímenes totalitarios en instituciones de las Naciones Unidas. Es director del Centro para Cuba Libre, que ayuda sistemáticamente a la oposición interna cubana.