María Mercedes Benítez Rodríguez

* 1969

  • “Mira… ¿Cómo se está viviendo ahora en Cuba? No se está viviendo, se está sobreviviendo, el día a día. Las personas parecen zombis, se caen en las calles por hipoglucemia, por falta de alimentación. Pasas por cualquier basurero y vas a ver a una, dos personas, madres con niños, comiéndose lo que uno bota. Es tan difícil en un país donde te pagan en una moneda que no tiene valor alguno, una miseria, cuando hay demasiado demanda.” // “No hay suficiente oferta para la demanda y tampoco hay salario que pueda solventar las necesidades en ningún hogar. Somos vulnerables todos, madres con hijos, ancianos desprotegidos. La violencia está a la orden del día… 55 feminicidios en lo que cerró el 2024. Las mujeres y las niñas están totalmente desprotegidas, porque no hay una ley que prohíba a una menor de edad estar con un adulto y esto se ve como algo normal en este país. Estas niñas que no tienen edad para consentir se ven sumisas y estas personas que son adultas las manipulan, les hacen lo que les dé la gana y no hay una solución. Las drogas están en cualquier barrio, no hay control. Esto se les fue de las manos al gobierno. La falta en lo económico, en lo social. Un estado fallido. No hay un solo hospital que tenga los recursos necesarios para salvar vidas, no hay ni un balón de oxígeno. Si vas por las carreteras te das cuenta de que esto parece una ciudad totalmente bombardeada. No hay una sola calle que valga la pena. Los basureros creciendo cada día y ellos haciendo hoteles de 200 millones de dólares. Con esto se hubiera hecho una termoeléctrica con tres hospitales, diez policlínicos y se hubiera arreglado muchísimas escuelas.”

  • “En el 2018 me detiene una patrulla en los alrededores de mi casa y me lleva a las Operaciones Criminalísticas. Mi niña ya no estaba tan pequeña, estaba en Camagüey. Melissa siempre sabía que cuando mi teléfono estaba apagado es porque algo está pasando con la mamá, o sea que la mamá está detenida. Ella llama a su hermano aquí en La Habana y le dice que no puede localizar a su mamá, que algo está pasando. Y en efecto, era que me detuvieron ocho días en Operaciones Criminalísticas como si yo fuera una criminal, buscando no sé qué, pues todo se han llevado. Me encerraron ocho días en Versalles. Es como un túnel. Tú no sabes si es de día o de noche. Te preparas tú solo sicológicamente para aguantar este tipo de represión. Te puedes llamar a las dos de la noche, tú no tenías la noción si era de día. Entras como si fuera un hotel, muchos jardines. Pero entras y es como si fuera un túnel abajo. Todo lo que es el lobby es maravilloso, pero cuando te van a encerrar es como si fuera una cueva. Una vez frío, una vez calor… sudaba, me quitaba la ropa. Generalmente en Santiago de Cuba es calor. Aguanté ocho días sin comer. Me decían que me iban a llevar a la prisión de mujeres, que si colaboraba con ellos iba a salir rapidísimo. Que mi hija está intentando localizarme desesperadamente. Melissa tendría como quince años. Que mi hijo refirió que si no soltaban a su mamá, él iba a pegar candela a la Universidad de La Habana. // “Ellos (sus compañeros de la oposición) llegaron a Operaciones Criminalísticas, pero ya yo estaba saliendo. Hay imágenes que reflejan esto. Yo no comí. Jamás probé un solo alimento. Se me apareció un oficial muy alto diciéndome que estaban preocupados de que estaba en huelga de hambre. No estaba en huelga de hambre. Simplemente no estaba comiendo su comida. No me pusieron multa, absolutamente nada. Una carta de advertencia que yo no firmé y me fui para mi casa…”

  • “El problema es que yo siempre era muy rebelde. No entendía el por qué había que ir a actos políticos. Había cosas que no las entendía, las entiendo ahora que soy adulta, pero en esa época que como sin sentido, como que si estabas pasando e iban alzando la bandera, había que pararse y hacer el honor a la bandera. Para mí esto era algo muy absurdo.” // “Había una profesora de la secundaria que daba clases de inglés. Yo estaba en la primaria. La profesora se llevaba muy bien con mi mamá, pero se iba por el Mariel. Reunieron a todos los pioneros de la primaria para tirarle huevos a Isabel. Una señora muy educada que jamás se metió con nadie. Yo le dije a mi mamá que no no voy. Era la primera de tantas de mis rebeldías. No participé en ese acto a pesar de que mi mamá casi me obliga, porque había que cumplir, porque el partido y no sé qué, porque mira quien es tu papá… Pero yo no fui.”

  • “Yo lo llamo de clase media (a mi familia), porque La Playa de Siboney era considerada en la época en la que yo nací como una zona de personas pudientes. Los únicos con acceso a entrar a bañarse eran los blancos.” // “Mi abuelo por parte de mi madre era terrateniente en Palma Soriano. Mi abuela era ama de casa, pero tenían empleados que les recogían la cosecha de café. A mi abuelo le da infarto cuando le intervienen en su finca.” // “Mi padre se hace oficial del MININT porque él fue uno de los llamados barbudos. Fue a la sierra a pelear, porque creía en un sistema, en un cambio progresivo para todos los ciudadanos. Tras el triunfo de la revolución cubana le mandan a La Playa de Siboney con un cargo de llevar las obras de construcción y trabajó en el Partido Comunista provincial. Allí tuvo su oficina. Yo fui una niña bastante privilegiada. No me gusta mucho hablar del tema, pero tuve todos los privilegios en comparación con los demás niños que no tenían absolutamente nada.”

  • Celé nahrávky
  • 1

    Cuba, 01.01.2025

    (audio)
    délka: 02:11:00
    nahrávka pořízena v rámci projektu Memoria de la Nación Cubana / Memory of the Cuban Nation
Celé nahrávky jsou k dispozici pouze pro přihlášené uživatele.

A todo esto en Cuba se puede dar un giro rotundo trabajando desde la ciudadanía

María Mercedes Benítez Rodríguez, 2025
María Mercedes Benítez Rodríguez, 2025
zdroj: Post Bellum

María Mercedes Benítez Rodríguez nació el 29 de diciembre de 1969 en Puerto Siboney, localidad ubicada en la costa de la provincia de Santiago de Cuba que se perfilaba como uno de los centros de turismo todavía antes del triunfo de la Revolución Cubana. Proviene de una familia que desde hace mucho tiempo pertenecía entre lo que podríamos llamar de clase media alta. Uno de sus abuelos era terrateniente que cultivaba café. La intervención de las autoridades del gobierno de Fidel Castro en su finca le dio infarto. Por su parte, el padre de María se unió a las milicias bajo el mando de Fidel Castro y luchó contra la dictadura de Fulgencio Batista. Tras el triunfo de la revolución asumió el cargo en Playa de Siboney, donde trabajaba para el Ministerio de Interior dirigiendo las obras en la zona. Debido a eso, la infancia de María era llena de abundancia, sobre todo en comparación con las condiciones de vida de la mayor parte de los habitantes de la isla. Tenían piscina, terrazas y hasta empleados domésticos. A pesar de la posición de su padre, María nunca ha sido involucrada en ninguna organización militante. Se graduó en la especialización de agronomía y antes de haber empezado a trabajar en la Cooperativa Agropecuaria conoció al padre de sus hijos, se casó y tuvo su primer bebé. Junto con él pasó por el servicio social en el campo cubano, donde se familiarizó con los problemas de la población rural. María trabajó en la agronomía hasta el año 2014. Primero como encargada de los proyectos de la llamada agricultura urbana, después como encargada de los organopónicos en la Escuela de Deportes. Entretanto entró en contacto con la organización de Damas en Blanco y posteriormente se convirtió también en la coordinadora nacional de la organización Ciudadanos Observadores de Procesos Electorales. Recibió el entrenamiento en el exterior para dar talleres para apoyar la participación de los candidatos independientes en la política local observadores electorales y fue involucrada en la promoción del proyecto Otro 18 que pretendía cambiar Cuba en un país democrático. Debido a ello se convirtió en un objeto de fuerte hostigamiento que se extendía también a los miembros de su familia. María fue herida en varias ocasiones por los agentes de la Seguridad del Estado y pasó varios días detenida en las celdas de la sede de la Seguridad del Estado en Santiago de Cuba. A pesar de todo eso mantiene la fe en el proceso democrático y cree que Cuba puede cambiar por vía electoral.