Jorge Amado Robert Vera

* 1965

  • “Yo pienso de mi apreciación que para que en Cuba haya un cambio lo primero que tenemos que hacer es cambiar nosotros internamente para que cambio fluya. ¿En cuál nivel de conciencia? ¿Qué es, lo que te detiene? ¿Hasta cuándo tú como ser humano vas a aguantar este sistema? Ese cambio tiene que venir ya, digamos a recapitular nosotros mismos internamente. Si bueno verdaderamente sistema yo no tengo nada qué hacer, ni aportar por él, tengo que buscar alternativas. Para que previamente haya un cambio social, primeramente, este cambio se tiene que sugerir en el interior de la persona y en la media de donde se puede ser de por el oriente puede ser de por el occidente o de por el centro [es decir sin importar de dónde son las personas]. Pero pienso que principalmente el cambio que tiene que haber aquí en la sociedad, y hay muchas personas en la sociedad, tiene que ser en el interior, para que entonces pueda ser el cambio de todos los cubanos. Un cambio social más profundo”.

  • “Aquí se ha vendido la imagen de que el Oriente tiene digamos este un centro revolucionario [es decir a favor del régimen cubano]. En el Oriente se identifican más personas con este proceso [difundir comunismo] que hemos estado viviendo durante seis décadas [en comparación con otras regiones de Cuba]. Quizá la diferencia sea esa, que la gente aquí en Oriente se siente identificada con este proceso, un creciente número de personas. De aquí de esta región del país se sienten identificadas con el sistema, pero más allá, yo pienso no se capa un discurso. A ver cómo me explico. Es algo discursivo. Acá hay mil personas, un creciente número de personas, que no están identificadas con este proceso. Para mí es un discurso que les estaba vendiendo el estado como tal. Me refiero al estado cubano. Que ha vendido este discurso de que los orientales que son más guerrilleros, evidentemente buscando una simpatía que se crea de esta posición de tierra, de esta nación cubana que se siente identificada con este proceso”.

  • “Yo pienso que hay algo que va subiendo en una manera espontánea, ya se ven algunos contra protestas, pero no quiero justificar el mío sea la causa por la cual, las personas no se decidieron protestar. Agregarle a esta posición de miedo también un poquito de apatía, yo diría. También hay apatía. Hay personas que probablemente se preocupan ni siquiera por conocer mínimo su derecho. Ni siquiera uno, sienten una gran apatía entonces de conocimiento evidentemente original, de esta serie de cosas. Si tú no tienes la herramienta, o no te preocupas por conocer la herramienta de cómo tú puedes imponer a un régimen, evidentemente tú eres un ser que está viviendo por vivir y por siete días igual comer, te llevo al vivir o te llevo al que te maten. El miedo es notable”.

  • “Evidentemente los militares tienen que zarpar su moral. Cuba tenía muchas acusaciones con relación al tema de violadores de los derechos humanos y entonces ellos tienen una manera de negociar con los reclusos. Evidentemente estas palizadas tenían su beneficio, su recompensa. En aquel tiempo en el año 2000, 2003 por ahí, no tenían ni siquiera el teléfono. Entonces si tú participas en una golpiza, evidentemente tú tienes un estímulo de teléfono o te dan una visita de estímulo. La policía sí estimulaba esta paliza, que los otros internos apretaban para que los presos estimulaban con una visita o con no sé cuánto, 25 o 30 minutos para hablar por el teléfono con tu familia. Ellos condicionaban eso. Ya no son directamente los militares los que dan palizas, sino simplemente son los presos. Ese problema hay porque la condición consiste, estas evaluaciones consisten en que la prisión como tal en que el destacamento tiene que estar impecable en cuanto a salud, en cuanto a disciplina, ese rigor que ellos quieren, esa obediencia que los presos tengan la obediencia. Aquí los presos disidentes son discordantes contras. Yo no tengo por qué pararme firme ante un militar, de hecho, no soy militar, ni tengo por qué aguantar lo que se le apetecía a un militar, entonces se rompe este esquema”.

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    Cuba, 18.03.2020

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¡“Cubanos, dejen de ser apáticos, basta de seis décadas de la dictadura en nuestro país”!

Jorge Amado Robert Vera nació en julio 1965 en Santiago de Cuba. Pertenece a varios grupos de activistas de derechos humanos y al movimiento de periodismo independiente en Cuba. Coopera como reportero en el “Diario de Cuba” y es miembro del “Comité Ciudadano por la Integración Racial”, organización promotora del trato justo hacia todas las personas. Amado ha sido encarcelado tres veces en varios centros penitenciarios en La Habana y en Santiago de Cuba. Como opositor al régimen comunista fue detenido y atacado incontables veces, actualmente está regulado por las autoridades cubanas. Las mismas autoridades también le negaron la salida del país con la finalidad de coartar su participación en los seminarios enfocados en los temas de democracia y derechos humanos. Reside en Santiago de Cuba.