Následující text není historickou studií. Jedná se o převyprávění pamětníkových životních osudů na základě jeho vzpomínek zaznamenaných v rozhovoru. Vyprávění zpracovali externí spolupracovníci Paměti národa. V některých případech jsou při zpracování medailonu využity materiály zpřístupněné Archivem bezpečnostních složek (ABS), Státními okresními archivy (SOA), Národním archivem (NA), či jinými institucemi. Užíváme je pouze jako doplněk pamětníkova svědectví. Citované strany svazků jsou uloženy v sekci Dodatečné materiály.

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Juan F. Benemelis (* 1942)

O te ibas o enfrentabas una represión total

  • nació el 13 de mayo de 1942 en Manzanillo. Se graduó en Administración de Negocios en la Havana Business University en 1959.

  • fue seleccionado para ser una de las personas que conformasen la nueva diplomacia después de la Revolución cubana.

  • durante los años 60 trabajó como diplomático en varios países africanos, enfocándose en el apoyo a los movimientos guerrilleros.

  • a finales de los años 60 regresó a Cuba, estudió Historia en la Universidad de La Habana y trabajó en la Tricontinental.

  • debido a sus problemas con algunos de los altos funcionarios del régimen partió, en misión diplomática, a Yemen en 1975.

  • con la llegada de Ramiro Valdés al Ministerio del Interior, tuvo que salir de Cuba con una identidad falsa por el puerto Mariel.

  • se dedica a escribir libros y artículos sobre Cuba, temas cubano-africanos y el problema racial en Cuba.

Juan Felipe Benemelis proviene de un pueblo cubano llamado Manzanillo, donde nació el 13 de mayo de 1942. Su familia se trasladó a la capital alrededor del año 1953, cuando se empezó a sentir la violencia en Cuba. Estudió en una universidad norteamericana llamada Havana Business University donde se graduó en 1959 en la carrera de Administración de Negocios. Después de graduarse empezó a trabajar en la administración de la municipalidad de Marianao en La Habana. “Allí fui escogido para un curso especial que se dio, supuestamente era la nueva diplomacia del régimen. Se hizo una selección rigurosa de jóvenes, quedamos 133 personas. En la Universidad se cerró lo que fue la Escuela de Derecho Internacional y los profesores pasaron a ese entrenamiento intenso de un año y medio, mañana, tarde y noche”. La mitad de los estudiantes pasó al nuevo Servicio de Inteligencia de Cuba y la otra mitad para el Ministerio de Relaciones Exteriores. Juan Benemelis formó parte del segundo grupo e inmediatamente fue destinado a África para abrir las misiones en Ghana, Guinea y Mali en los años 1962–1963. “Una de las primeras asignaciones que yo tuve fue la transferencia de Nelson Mandela, sacarlo de África del Sur para llevarlo a Argelia y allí entregárselo a la KGB para que lo entrenaran en la Unión Soviética”. Una de las actividades fundamentales fue el trabajo de promover movimientos armados para que el socialismo llegase a África.

Misiones en África: Cuba promociona su política de insurrección   

“En ese tiempo yo viajaba mucho a Praga, porque era el centro de comunicación de los Servicios de Inteligencia cubanos con La Habana. No se utilizaba la vía soviética porque no se confiaba mucho, o sea, Fidel Castro no tenía interés en que se supiera lo que estaba ocurriendo en aquel momento en África”. Esto se debía a las discrepancias entre Fidel Castro y algunos grupos de la Unión Soviética en lo que a la vía armada se refería. En 1962, pasando por Praga, Juan Benemelis se enamoró de una checa con quien se fue a Cuba y, en la isla, nació su hija en 1964. Sin embargo, el matrimonio fracasó, la mujer se fue a Checoslovaquia y Juan Benemelis perdió tanto la pista de ella como la de su hija. Mientras tanto, en Cuba se procedió con el entrenamiento de un grupo de zanzibareños, quienes posteriormente llevaron a cabo un golpe de estado, el cual estaba siendo dirigido por un partido marxista que contaba con el apoyo de la diplomacia cubana en Tanganica. Al mismo tiempo, en los años 1963 y 1964, Juan estaba trabajando en la organización de un movimiento insurrecto en el Congo, país con importantes minas de uranio, y adonde fue a luchar el Che Guevara. Sin embargo, Juan entró en contradicción con esta misión. “Era un fracaso el hecho guerrillero. Primero, el ministro de Relaciones Exteriores, Raúl Roa García a quien yo respondía mucho, tenía una idea diferente: que está bien la promoción de la insurrección, pero no en los países independientes, sino en los colonizados. El Congo ya era un país independiente. Yo me enfrento al Che Guevara y termino, me mandan para Cuba. Estuve detenido en Villa Marista tres meses”.

Posteriormente, Juan volvió a colaborar con el Ministerio de Relaciones Exteriores y también trabajó en la construcción de la Tricontinental, una institución que apoyaba y subvencionaba todos los movimientos armados guerrilleros del mundo. “De ahí que Fidel Castro se transformara en una pieza fundamental de la política exterior soviética. Era una figura mística en ese momento. Eso impidió que se conocieran las represiones internas en Cuba”. En torno al año 1965, Cuba jugó un papel fundamental en la organización de los movimientos libertadores en África, sobre todo en los países que eran colonias portuguesas. Debido a ello, se produjeron varios encuentros con los representantes del Partido Comunista de Portugal. Checoslovaquia, por su parte, abastecía esos movimientos con armas. “Yo tuve muchos problemas con Ramiro Valdés, porque para mí él era un hombre del Che Guevara y, supuestamente, él siempre consideró que el caso mío de Tanzania no estaba resuelto. Hay que tener en cuenta que en Cuba el poder era Fidel Castro, pero que en Cuba no había una pirámide de poder, sino grupos y Fidel Castro era el sintetizador de esos grupos. Esos grupos se movían y tenían incluso choques internos entre ellos. A mí me protegió mucho tiempo Roa García y luego, Osmany Cienfuegos”. Juan nunca fue miembro del Partido Comunista “porque no había mecanismo, como siempre estaba saliendo y entrando. Después me fui moviendo intencionalmente de manera de no entrar en ninguna de las estructuras del Partido Comunista”. En el año 1967, Juan salió del Ministerio de Relaciones Exteriores y comenzó a trabajar para la Tricontinental. Para ese momento, ya había tres cosas que él había desestimado: el marxismo, la Unión Soviética y el estalinismo. “Había mucha información sobre eso antes de 1959 en Cuba”. Además, le impactó el levantamiento en la Sierra Escambray y el armamento de Cuba. 

Tensiones con altos funcionarios del régimen 

En aquel periodo, la intención de Juan Benemelis era alejarse paulatinamente de los asuntos de la política exterior. Se puso a estudiar Historia en la Universidad de La Habana, graduándose en 1972. Además, trabajaba en varias editoriales, “pero era muy difícil porque de vez en cuando, tanto la Inteligencia como Osmany Cienfuegos me llamaban para consultar. Si te llaman, ¿quién se va a oponer? O te ibas o enfrentabas una represión total”. Empezó entonces a escribir sobre temas históricos y filosóficos, pero no sin enfrentar problemas a la hora de publicar por aquello de no cumplir con los requisitos ideológicos. Posteriormente, trabajó en el Ministerio de Agricultura con vistas a la creación del Nuevo Sistema de Planificación. Este proyecto fracasó a causa de la negativa de Fidel Castro. En 1974, el Estado Mayor le pidió que hiciera un análisis sobre la división tribal y sus consecuencias en Angola. También le ofrecieron escribir un libro que vinculara la historia de Cuba y de Angola. Sin embargo, se negó a hacerlo. “Yo sabía que lo iban a utilizar para promover la guerrilla en Angola y no quería participar en eso”.

Debido a que se opuso a colaborar en la agenda militar, se produjo otra tensión entre él y algunos altos funcionarios del régimen. “Me llamó Osmany Cienfuegos y me dijo: ‚tienes un grave problema, yo te voy a sacar de aquí‘”. Lo mandó a Yemen como asesor agrícola del presidente de dicho país, recién independizado. En 1975 empezó allí su misión, gracias a la cual pudo observar todas las maniobras estratégicas de la Unión Soviética en la África Oriental y Medio Oriente. Apoyaba al presidente Salim Rubai Ali y promovía las relaciones de Yemen y Arabia Saudita para poder construir una refinería con participación de los británicos. No obstante, la Unión Soviética estaba en contra y ello trajo como consecuencia un golpe de Estado, con participación cubana, que mató a Salim Rubai Ali. Juan Benemelis regresó a Cuba tan solo una semana antes del golpe y su posición era muy difícil. Además, Ramiro Valdés ocupaba nuevamente el cargo de ministro del Interior y por un amigo, Juan se enteró de que Valdés estaba muy interesado en él. “El terror no es solo de la élite hacia la población. El terror es del núcleo hacia la élite y hacia la población. Es decir, lo que existe para la población existe también para la dirigencia”. Entonces, Juan decidió salir de Cuba a pesar de que Jorge Risquet, encargado de África en Cuba, quería colaborar con él. “En ese momento se da el Mariel”.

Benemelis se libera de Cuba con una identidad falsa   

Juan se hizo un expediente falso y salió por el puerto de Mariel con una identidad falsa, pretendiendo una enfermedad mental. “Había una tensión tremenda, porque el mar estaba muy bravo. Entonces, había un gran nerviosismo, era un gran silencio durante toda la noche”. Inmediatamente después de su llegada al Cayo Hueso, los agentes estadounidenses de la FBI y de la CIA lo llevaron a Pensilvania para ser interrogado. “Precisamente el día que yo salí falleció mi padre en Cuba. No pude verlo, pero cumplí con lo que me dijo: ‚No te quiero ver aquí, porque te van a matar‘”. Los miembros de su familia que se quedaron en Cuba sufrieron represión por parte de las autoridades. “Mi casa la registraron enormemente, montaron un Centro de la Contrainteligencia en la cuadra”. Posteriormente, a Juan se le pidió que colaborara en la propaganda anti-Castro con Huber Matos en Cuba Independiente y Democrática. Pasados unos dos años se convirtió en asesor de la política exterior de Estados Unidos y publicó muchos libros sobre la política exterior cubana y el apoyo a las subversiones en África, Medio Oriente, Asia y América Latina. Actualmente, se dedica también al tema del racismo en Cuba. En lo que se refiere al futuro de Cuba, lo que más le preocupa es el trabajo muy fuerte de desinformación. “La paralización de la conciencia de las nuevas generaciones es muy fuerte”.

Una vez en Estados Unidos, se puso a buscar a su hija. Al final, pudo ubicarla y en 1988 hizo trámites para sacarla en un viaje turístico de la Checoslovaquia comunista a Suecia, donde se encontraron. “Me esperó tocando el piano. Estuvo un tiempo conmigo y después se fue a Nueva York a abrirse camino”.

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