Idael Edesio García Zaldívar

* 1970

  • “El proyecto Libérate surge como un instrumento de lucha. No estábamos en la llamada disidencia, a medida que no estábamos penetrando en las redes, no se estructuraba, no se organizaba. Es decir, dos individuos salían a la calle, sacaban un cartel, venía la paliza, la detención y la noticia. Todo quedaba así, no transcendía. Cuando venías a ver, lo que le daba era victoria al adversario. Nosotros pensamos: si los grupos cívicos son capaces de estructurarse como células y asesorarse, iba a haber un momento en que este disidente opositor puede ser más fuerte en la lucha contra la dictadura. // Ya para aquellos años se estaba pensando en la gran protesta. Libérate pensaba estructurarla a nivel nacional por provincia. No importaba que surgiera dos o tres personas, sabíamos que se iba creando un tejido nacional en vinculación con la masa crítica, esta cantidad de hombres limitada que tenía la capacidad de convocatoria. Estamos hablando de 2020 y nosotros pensábamos en una gran protesta, pero con conocimiento, y para impartir este conocimiento hace falta asesores con cierto grado de profesionalidad que sepan enseñar, la enseñanza es clave. Sin conocimiento no puedes desafiar a un enemigo tan fuerte como es la dictadura. Nos unimos en grupos. Había escritor, psicólogos, sociólogos, personas con antecedente opositor. Había hasta un militar, un ex militar muy interesante. Me dice: ‘Yo fui militar compadre, pero quiero ayudar.’ Le dije:’Bueno compadre, ya sabes que si se va a dar algo no te voy a dar ningún tipo de información, pero vamos a enseñar a otros activistas dentro de Cuba a como tener un comportamiento opositor, vamos a enseñar interrogatorios, a observar la geografía de un espacio para ver si sirve para una manifestación, a detectar a informantes chivatos y crear archivos de investigación sobre un individuo.’ Y lo hicimos.”

  • “Los teléfonos no podían caer en manos de la Seguridad del Estado. Yo tuve que comerme una vez dos líneas, porque había cuestiones personales. No íbamos a dar nuestra alma así tan fácil. Y él (su hermano Wilson) se impone a no entregarlo. En este momento él que atiende este caso, el más perseguidor de Wilson, era el oficial Marco que lo tenemos bien identificado. Hoy en día sabemos que ya es mayor de la Seguridad del Estado - lo han promovido. Este oficial se ve impotente, no le convence a mi hermano y decide aplicar la violencia y busca a cinco o seis policías. Según la historia de mi hermano que daba llorar en aquel momento y lo da ahora también le han dado una paliza, le han tirado al suelo a patadas. Y eso que mi hermano era una persona fuerte y grande. Lo tiraban contra la pared, le cogían la cabeza y se la revolcaban contra la pared. Y el hombre no soltaba al teléfono. Hay un momento que lo debilitan tanto que por poco lo matan. Cogen un patrullero y le llevan al hospital. Eso fue por la mañana y todavía por la tarde Wilson no aparece. Se hacían las denuncias en las redes que Wilson estaba desaparecido. La Seguridad tuvo que ir a buscar a su esposa para levantarle el ánimo, porque Wilson no podía salir por su dolencia. Estaba unos quince días con muletas. Se hicieron denuncias internacionales, la periodista Camila Costa le entrevistó y a partir de este momento se reforzó su voluntad de quedarse y luchar por la libertad de Cuba, pero esto no era posible. La misma Seguridad del Estado gestionó su pasaje y todo. En el terminal había hasta un mayor para coordinarlo en el aeropuerto y Wilson estaba botado definitivamente de Cuba.”

  • “Se había desatado la violencia el 11J. ¿Qué pasó el 11J? Vimos la represión por todas partes. Sin embargo, hay que admitir que hubo también un sector de la sociedad bastante delictivo. Yo lo reconozco públicamente, esta gente alteró la intención de aquella protesta. Incluso hubo quienes abandonaron la marcha para ir a saquear las tiendas. Hay que ser honesto.”

  • “Murió sin casa, sin carro… Mi padre murió pobre. Tan pobre que su chequera era creo de 2000 pesos y pico, pero estamos hablando de un profesional que aportó unos 45 ade trabajo, un licenciado en Derecho que trabajó como profesional jurídico y dominaba la legislación. Y por así decirlo muere en extrema pobreza. Mi padre no tenía patrimonio, no tenía un carro. Su bien personal consistía de alguna ropa y teléfono que le aportó la familia. No se puede decir que por su sacrificio logró vivir a un nivel elevado, eso no…”

  • “Nosotros nacimos en barrios pobres. Imagínense unos barrios sin alcantarillado y corriente. Evidentemente la internet no existía. No recuerdo haber visto un televisor en mi hogar durante la infancia. Si más tarde había uno, era público. Wilson y yo nacimos en general en un entorno sumamente desfavorable. Nuestra casita era tablas y piso de tierra. No logramos hacer una infancia unida y fuerte, porque había que mudarse frecuentemente por las condiciones de vida. Mi padre se forzaba por mejorar el hogar, buscaba un terreno mejor, pero siempre nos quedábamos en barrios marginales. Era una infancia pésima. // Recuerdo que Wilson y yo vivimos en esta zona que se llamaba El pueblo nuevo. Se hacían muchas obras militares. Entre las casitas malas había lomas, zonas prácticamente sin habitantes, donde cada domingo se hacían maniobras estrepitosas, ruidos fuertes, sirenas, y explosiones. Me metía miedo, pensábamos que eran bombas… quizás eran proyectiles. Al mismo tiempo, entre los vecinos, se hablaba de la guerra contra el imperialismo, que la agresión era inminente y había que prepararse y enfrentarlo. Un discurso totalmente bélico y esto producía miedo.”

  • Celé nahrávky
  • 1

    Holguín, Cuba, 01.01.2025

    (audio)
    délka: 02:10:36
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El holguinero no es bruto, es zorro y conspirador

Idael Edesio García Zaldívar, 2025
Idael Edesio García Zaldívar, 2025
zdroj: Post Bellum

Idael Edesio García Zaldívar nació el 1 de mayo de 1970 en Holguín. Tiene dos hermanos, de los cuales uno es el reconocido dramaturgo Yunior García Aguilera, a quien las autoridades cubanas botaron del país por su protagonismo en las protestas contra el régimen y el segundo, Wilson García Zaldívar, también fue forzado a exiliarse por razones similares. El mismo Idael participó de manera activa en varias organizaciones de la sociedad civil. Sin embargo, como el único de los tres hermanos sigue viviendo en la Isla. Durante sus primeros meses de vida, el pequeño Idael solo entraba en contacto con su padre durante los pases que se daban cada dos o tres meses a los cubanos movilizados en ocasión de la zafra de los diez millones. La familia vivía en condiciones precarias en casas con piso de tierra y techo de tablas, cambiando frecuentemente de residencia en búsqueda de un terreno más conveniente. De ahí que Idael no se desarrollaba en un entorno favorable para establecer amistades y vínculos estables. Una de las influencias que le formaban de manera significante era la fe religiosa que se practicaba en la familia. Los testigos de Jehová fueron muy presentes en su hogar que a causa de la pertenencia a esta organización religiosa tenía que lidiar con algunas formas de persecución en una sociedad que no veía bien cualquier tipo de autonomía en la vida privada. Idael no alcanzó un nivel de enseñanza alto y siempre era artesano. Por el perfil ideológico de la familia logró escapar del servicio militar y a lo largo de su vida iba aproximándose a varias organizaciones y estructuras de la sociedad civil cubana, entre otras cosas precisamente gracias a su contacto con el ambiente cultural en el cual por la esencia de la cultura que busca una manifestación libre de las obligaciones externas siempre había grupos opositores. Participó de manera activa en varios proyectos, entre ellos por ejemplo Libérate, que pretendían penetrar en la población cubana con los ideales democráticos y de una sociedad libre. Su aporte consistía sobre todo en la educación, la propaganda contra el régimen y en la organización de las manifestaciones. Debido a ello se convirtió en objeto de citaciones, interrogatorios y detenciones arbitrarias y repetidas. Una parte significante de este testimonio está dedicada no solo a sus experiencias, sino también a la vida de sus dos hermanos, Yunior García Aguilera y Wilson García Zaldívar.