Následující text není historickou studií. Jedná se o převyprávění pamětníkových životních osudů na základě jeho vzpomínek zaznamenaných v rozhovoru. Vyprávění zpracovali externí spolupracovníci Paměti národa. V některých případech jsou při zpracování medailonu využity materiály zpřístupněné Archivem bezpečnostních složek (ABS), Státními okresními archivy (SOA), Národním archivem (NA), či jinými institucemi. Užíváme je pouze jako doplněk pamětníkova svědectví. Citované strany svazků jsou uloženy v sekci Dodatečné materiály.

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Raúl C. García (* 1946)

“El régimen castrista nos quitó la esperanza, así que salimos a buscarla.”

  • nació el 3 de marzo de 1946 en Cuba en una familia campesina

  • a sus 13 años de edad, en 1959, triunfó la Revolución Cubana

  • en 1963 se unió a la Guerrilla de Escambray

  • el 15 de agosto de 1963 fue capturado por el ejército castrista y condenado a 30 años de prisión

  • 1963 – 1979 estuvo en prisión (liberado después de 16 años de condena)

  • 1979 desalojado de la isla de Cuba a Miami, Estados Unidos, donde reside hasta hoy en día

“El régimen castrista nos quitó la esperanza, así que salimos a buscarla,” dice Raúl García que ya a los 17 años de edad se incorporó a la lucha contra el gobierno cubano de la Guerrilla de Escambray, y por lo tanto pasó la gran mayoría de su vida en la prisión comunista.

Raúl García nació el 3 de marzo de 1946 en Cuba en una humilde familia campesina. Cuando en 1959 triunfó la Revolución Cubana y se instaló el gobierno comunista de Fidel Castro, Raúl tenía apenas 13 años. Vivía junto con sus 9 hermanos en una pequeña finca, desde la cual toda su familia apoyaba a la guerrilla que inmediatamente después del triunfo de la Revolución empezó a combatir el sistema comunista tanto desde las montañas cubanas como desde el llano.

Guerrilla con moral

Y fue justo allí, en el llano, cuando a los 17 años, en el 1963, Raúl se unió a la lucha contracastrista de la Guerrilla de Escambray,[1] nombrada según montañas del mismo nombre. “Era una vida muy dura, la lucha era difícil y cruel, porque nos enfrentábamos a un enemigo que no tenía escrúpulo ante nada,” recuerda su participación en el combate. Asimismo, los campamentos de la guerrilla no podían ser fijos, sino en movimiento constante para que el gobierno no los pudiera rastrear. “Era una guerrilla con moral, sus jefes eran héroes, unos reales titanes de la lucha,” describe la Guerrilla de Escambray.

Mataron a once de nosotros

Sin embargo, a pesar de toda la prevención y esfuerzo, apenas un par de meses después de haberse alistado, el 15 de agosto de 1963, Raúl fue capturado por el ejército gubernamental junto con todos sus compañeros del grupo guerrillero. Le tocó la temporada de la “mayor liquidación de guerrilla” que cayó justo en los años 1963 y 1964. Durante el tiroteo recibió dos balazos en la pierna, de los cuales uno fue en el talón y todavía trece años después le andaba causando gran dolor por la herida abierta que no se le cicatrizaba. “Mataron a once de nosotros,” cuenta con tristeza aquel día de agosto. Uno de los compañeros incluso recibió 19 balazos en el cuerpo, pero sobrevivió, como recuerda Raúl.

La mejor parte de la vida de la dejé a los diablos en la cárcel

Durante un juicio breve fue condenado a 30 años de prisión, a pesar de ser menor de edad. “Entré con 17 años y salí con 33, la mejor parte de mi vida se la dejé a los diablos allí, en la cárcel,” comenta Raúl, pero no se le nota ninguna amargura por lo pasado. “A mí eso no me pesa, yo me siento orgulloso por haber participado en eso. Si he hecho algo bueno en la vida, fue eso,” comenta con orgullo.

Se los acabaron por gusto

Su familia, igual que muchos campesinos cubanos que se rebelaron contra el régimen, nunca pudo volver a su finca, la cual les fue quitada por el gobierno justo después de haber capturado a Raúl. Su madre, junto con los 7 hermanos de Raúl, fue desalojada a la zona de Miramar, y su padre fue llevado a trabajos forzados en la Isla de Pinos. “Muchos campesinos murieron a presión de tristeza como los sacaron de sus fincas y nunca más los dejaron volver a esos lugares. Pero oficialmente a nadie se le desalojó, la palabra ‘desalojo’ no se utiliza en Cuba, porque dicen que simplemente no pasó,” cuenta lo que en su momento en Cuba fue una práctica gubernamental recurrente. “Se los acabaron por gusto, simplemente por no ser comunistas,” añade, ahora sí con amargura notable. En el caso de la familia de Raúl, sus miembros que no estaban presos como él, lograron reunirse de nuevo hasta después de cuatro largos años.

Acuerdo Carter-Castro

Raúl salió de la prisión en 1979 después de 16 años, justo en el año de preparación de un acuerdo de relaciones mutuas entre los EE.UU. y Cuba entre el presidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter, con líder cubano Fidel Castro.[2] El 17 de mayo de 1979 abordó uno de los aviones preparados para más de 4,000 presos políticos[3] recién sueltos, que los llevaron a Miami, Estados Unidos de América, donde reside hasta hoy en día.

No se luchó en vano

Aunque su pasado guerrillero que le costó más de una década y media detrás de las rejas de varias prisiones cubanas, lo recuerda sin rencores: “No se luchó en vano, aunque no se ganó la batalla.” Y a pesar de que el futuro cubano lo sigue viendo complicado y nublado, sigue convencido de sus principios vitales. “Le deberían dar una gloria a cualquiera que combate el comunismo, porque ellos sí son malos de verdad,” cierra la entrevista Raúl García.

[1] Más información sobre la Guerrilla de Escambray, véase aquí: http://www.neoliberalismo.com/escambray.htm, aquí http://www.latinamericanstudies.org/book/escambray-15.htm, o aquí http://www.elnuevoherald.com/ultimas-noticias/article2008184.html.

[2] Jimmy Carter reanudó en 1977 los vuelos desde los EE.UU. hacia Cuba, junto con un intento de normalizar las relaciones americano-cubanas, véase un artículo/comentario aquí: https://www.cubanet.org/destacados/el-unico-presidente-norteamericano-que-creyo-en-castro/.

[3] Se trataba de presos políticos liberados después de que Fidel Castro en septiembre 1978 admitiera que en las prisiones cubanas había unos 4,500 presos políticos, y el año siguiente puso en libertad a unos 4,000 de ellos. Véase VALLS, Jorge: Veinte años y cuarenta días: Vida en una prisión cubana, Encuentro, 1988, p. 105 (accesible online: https://books.google.com.mx/books?id=-ti6--bKCmgC&pg=PA105&lpg=PA105&dq=1979+libertad+de+presos+pol%C3%ADticos+cuba&source=bl&ots=F6ueNDtkJt&sig=lk_i_ylucE_TiDAs9Qj9RX5wURM&hl=cs&sa=X&ved=0ahUKEwiRkoPDjL_WAhXGrlQKHcPTA8IQ6AEIZDAL#v=onepage&q=1979%20libertad%20de%20presos%20pol%C3%ADticos%20cuba&f=false).

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